Ansar Excursiones.

03 marzo 2008

2 DE MARZO, RECORRIENDO EL PARQUE CULTURAL DEL RIO MARTIN, EN ZONA DE ARIÑO.






El día salió con cielo despejado y un sol y temperatura anormalmente altos a juzgar por la cantidad de ropa que nos vimos obligados a despojarnos los que asistimos a esta excursión a lo largo del día. Asistimos más personas de las apuntadas lo cual indica el grado de expectación que creó ésta salida.

Un paseo de unos quince km. donde el dominio absoluto fue el de la geología. La sorprendentes formas y colores que toman los estratos en la sierra de Arcos, montes que rodean a la población turolense de Ariño, son tan apabullantes que no dan lugar al ejercicio de las otras formas de naturalismo, los ornitólogos, los amantes del paisaje, herpetólogos y otros tuvieros que rendirse ante la evidencia de la grandiosidad de las formas pétreas que a lo largo de todo el recorrido y kilómetro tras kilómetro nos acompañaron en toda la jornada. Al comienzo de la jornada ya se intuía con la visita a las huellas de los dinosaurios la fuerte presencia del componente geológico de la excursión.

Iniciamos el recorrido en los antiguos baños de Ariño, un conjunto de edificios abandonados, inventariados según el catálogo de balnearios a finales del siglo XIX . Sus edificios estaban perfectamente mimetizados con el paisaje dado su color rojizo al igual que los estratos que se veían detras de él. Pudimos ver la surgencia de las aguas y también el edificio moderno que se estaba levantando para explotaciones lúdicas para con estas aguas sin tener ningún respeto (como sí lo habían tenido los antiguos edificios de los baños) con los alrededores.
A lo largo del trayecto, un tanto incómodo por las continuas bajadas y subidas del camino y conocido como toboganes en el argot ciclista, fuimos asistidos por la continuas y detalladas explicaciones de nuestro entendido geólogo Juan Pablo Castro el cual despierta nuestra imaginación para comentar los diversos avatares ocurridos a lo largo de los millones de años para llegar a ver lo que hoy estamos disfrutando en nuestra excursión. Gracias Juan Pablo.

Comenos en el santuario de Virgen de los Arcos, inmensa mole pétrea y perfectamente adaptada al paisaje. Hay una fuente y una zona preparada para poder comer tranquilamente al aire libre. Se agradece pues la mañana ha sido dura por el doble motivo de las arduas explicaciones de nuestro guía y el sol que cada vez se muestra más implacable. Y después de comer, más de lo mismo. Vamos en busca de unas tumbas para lo cual nos adentraremos un poco en la sierra de Arcos, la exhuberante vegetación mediterránea formada por sabinas, pinos, lentiscos y otras especies termófilas nos hacen olvidar por unos momentos de las inseparables "piedras" que nos acompañan a lo largo de todo el día. La vegetación todavía está dormida, no olvidemos que estamos en invierno y con una gran sequía desde hace meses, y sólo los romeros con una espectacular floración y una muy incipiente de las aliagas daba un color diferente y más alegre que el de las espectaculares masas pétreas nos ofrecían ,cuyo color rojizo y rosáceo llamaban la atención por las caprichosas bandas que formaban.

La belleza de esta excursión es fundamentalmente pétrea, a diferencia de la anterior que con sus brumas, su paisaje llano, los muchos árboles plateados, su cómodo transcurrir la hacían sentirse más lírica. Unas formas y colores que nos empequeñecen - y más después de oír las explicaciones del geológo-, nos abruman , nos transporta a mundos de hace millones de años, nos excita la imaginación; yo creo que ayer más que un parque cultural estuvimos en un parque geológico.