Ansar Excursiones.

12 marzo 2013


EXCURSIÓN A PERACENSE Y MONTE SAN GINÉS
El 10 de marzo realizamos una salida a Peracense para hacer un recorrido por parte de la Sierra Menera. Comenzamos ascendiendo al castillo de Peracense siguiendo el sendero de PR que parte de la localidad. Esta fortaleza está enclavada en un espectacular lugar dominado por rocas del rodeno. Allí nuestra compañera Rosa Germán nos explicó la historia del castillo que tuvo su mayor papel defensivo durante las guerras con Castilla. 


San Ginés desde el Castillo de Peracense


Desde allí el autobús nos llevó hasta la cercana localidad de Rodenas donde visitamos el interesante aljibe que recoge el agua de lluvia que se desliza por una ladera de rodeno. Toda la población esta construida con sillares rojos de esta formación rocosa. Destaca por su primitivismo el lavadero con pilas aisladas que debían llenarse con agua de pozo.

Aljibe de Rodenas

Lavadero de Rodenas

Desde aquí nos dirigimos a la laguna de los Pozuelos, al pie del Monte de San Ginés. El intenso frío no nos dejó disfrutar de este humedal que tiene sus orillas pobladas por interesantes especies botánicas. La subida a San Ginés, con sus 1605 m, se hizo dura. Al llegar a la cima se divisa una espectacular vista de la fosa del Jiloca y del castillo de Peracense. Sobre las cuarcitas se desarrolla una población de sabina rastrera y los botánicos del grupo encontraron ejemplares de la rarísima Santolina ageratifolia. Una inoportuna nube empezó a descargar algunos copos de nieve a la hora de la comida que hicieron tiritar de frío a los intrépidos excursionistas, refugiados en el atrio de la ermita.

Comida al refugio de la nieve

 El descenso hacia Peracense lo hicimos siguiendo un abrupto cortafuegos realizado a través del bosquete de quejigos. 

El "Presi" y la "Secre" también pasaron  frío

Al llegar a Peracense la tarde calmó, salió el sol y un buen grupo de personas aún se animaron a continuar caminando, a través del sendero que entre campos con carrascas nos llevaba hasta la monumental encina de Peracense. En el bar retomamos fuerzas y calor, y la conversación giró en torno a las peripecias del día. 
Encina de Peracense